miércoles, 15 de octubre de 2008

Tumorcito tumorcito... (8)

He leído explicaciones acerca del crío estándar de 11 y 12 años. Yo me estoy enfrentando a pequeños monstruos* (más grandes que yo, con más barba, y voz más ronca) de 16 y 17 para 17 y 18. Los sólos 3 años que les llevo a algunos, efectivamente suponen un pequeño obstáculo en su mirada.

Ya comenté, creo recordar en el foro, que tengo un jugador "especial", una bomba en todos los sentidos. Me explicaré con otro tocho.

Empezamos la temporada con 2 bases, y un base-escolta. El base suplente se fue porque prefería otros quehaceres (probablemente fumar maría) y me quedaba con un base titular que no era ni base, sino un ex-escolta/alero, que por mi cabezonería será un uno, y mi querido "tumorcito". El primer, llamémosle 7, es todo corazón. Le está costando horrores adaptarse al puesto, pero aún así es todo combate, mi base titular. Ahora, necesita un suplente, y ese es, llamémosle T.

No nos importa 7, sino T. Y T es un jugador egoísta, que juega para sí mismo, para su estadística y anotación, para su público cuando le viene a ver, para sus victorias, y en definitiva, para demostrarse que puede destacar. Obviamente dicho esquema de jugador no es algo que acabe de encajar en mis líneas, y lo fácil y cómodo sería "cambia o largo de aquí". El problema viene cuando el chico ejerce muchas veces de líder moral del vestuario, es un referente, un estilete tanto en lo psicológico como en lo deportivo. "Qué carajo hago yo ahora?", me pregunto a menudo cuando me pone caras. No baja a defender, corre con desgana, balón que agarra, balón que se pica. El último síntoma creo que ha llegado hoy, o almenos, me he dado cuenta: cree que el entrenador no le comprende y le tiene manía.

Porqué una bomba? Porque siempre que estalla, que lo hace, la explosión se hace notar. Si es para mal, su equipo empieza a perder balones, tira canastas estúpidas que suelen no entrar, y se carga de faltas además de revolucionar, a malas, a sus compañeros. A buenas, se convierte en un director de juego eléctrico, con una dirección de juego muy madura, capaz de crearse sus propios tiros, y los de sus compañeros, además de resolver a sangre fría en el 1x1 los finales de posesión asegurando la canasta. Lo mejor, lo peor.

Hoy estoy bastante reflexivo, y pienso que no hace exactamente mes y medio que iniciamos la aventura de la temporada 08-09. Llevamos un 2-1 en liga, y el equipo, almenos la mayoría, ve claramente que la mejora que está haciendo es monstruosa, ya juega a BALONCESTO. El grupo da un paso adelante, y él en vez de subirse al carro, duda si moverse, y si acaso, dar un paso atrás. Llamar la atención aunque sea a costa del progreso del grupo. Anonadado me hallo, yo tuve en su momento algún compañero así y pensé que sería fácil por parte del entrenador ponerle freno, pero parece que no, no lo es en absoluto. Vamos a ir viendo también cómo tratar con semejantes caracteres más dignos de playground que de pabellón cubierto. Tumores que ojalá sean benignos...

1 comentario:

Rsantos dijo...

Si el grupo va hacia delante tu dale caña a él para que se suba o se baje definitivamente.

La experiencia propia me dice que si no consigues que se suba pronto al carro no lo hará nunca.

Él está luchando contigo por la hegemonía en el grupo. Si gana él date por jodido.